La emergencia sanitaria ocasionada por el coronavirus ha generado una situación de crisis económica mundial, en la cual todos los sectores económicos se han visto afectados en mayor o menor grado.

Prácticamente todos los productores, comercializadores y prestatarios de servicios del mundo están enfrentando alguna dificultad para obtener en los tiempos requeridos, las materias primas, los repuestos e insumos, los materiales de empaque y los bienes finales, así como los medios de transporte.

Las cadenas de suministros alrededor del mundo han enfrentado y continuarán haciendo frente por algún tiempo a los cierres de fábricas o a la reducción de la producción, lo que disminuye la oferta de materiales, insumos y bienes finales, y hace más lento el proceso de adquisición para disponer de ellos en los tiempos requeridos. Esas dificultades para encontrar los bienes requeridos con los actuales proveedores están obligando a las empresas a buscar nuevos proveedores en otras regiones del mundo. Los bienes adquiridos en el exterior también tienden a ser más escasos por cuanto los gobiernos han priorizado el abastecimiento de las necesidades nacionales y han dispuesto algunas restricciones a las exportaciones.

Además de que se requiere de un mayor tiempo para que los bienes sean despachados y embarcados hasta nuestro país, los términos de compra se han endurecido, los proveedores han reducido los montos y las condiciones de crédito, si es que existían y adicionalmente se están presentando incrementos en los precios.

Como se han visto reducido los niveles de producción de muchos bienes, las aerolíneas y las navieras también han disminuido la cantidad de viajes; al mismo tiempo han incrementado las tarifas para el transporte de las cargas por cuanto el transporte se ha vuelto más escaso.

Los importadores de mercancías tienen que sofisticar los procesos de búsqueda de opciones para adquirir los bienes de manera que arriben al país dentro del plazo al que se hayan comprometido a entregarlos; deben valorar más y nuevos proveedores de los bienes a adquirir, y deben contar con operadores logísticos que estén monitoreando permanentemente las mejores opciones para el transporte de esos bienes.

A ello hay que agregar que los compradores van a pretender que se extiendan los plazos de crédito y otros compradores quizá simplemente los extenderán “de oficio”. Habrá que decidir si se continúa vendiendo con nuevos plazos de crédito o si mejor se negocian relaciones con nuevos clientes para al menos sustituir los volúmenes de venta o manejar un volumen rentable. Y no olvidemos que es muy posible que los competidores estén realizando las mismas valoraciones.
Las empresas que en particular ofertan por medio de los procedimientos de compra de bienes de las instituciones del Estado, deben prestar especial atención a los plazos de entrega de las mercancías (entregas tardías implican penalizaciones) y a los plazos en que sus facturas serán pagadas.
Son nuevos tiempos, los empresarios están llamados a ser aún más minuciosos y cuidadosos en sus análisis de costos por el impacto de las situaciones expuestas en los márgenes de utilidad.