Todas las empresas, cualquiera que sea su tamaño, han experimentado o experimentan algún grado de ineficiencia, por lo que siempre se tienen aspectos de mejora en la productividad de las distintas áreas de la empresa.

Las grandes empresas tienen complejas estructuras por su gran volumen de ventas y activos, y por ello requieren procesos muy eficientes; pero las MIPYMES tienen estructuras organizacionales simples, facturan montos más bajos y tienen activos de menor dimensión, sin embargo, por supuesto que también requieren mucha eficiencia para ser competitivas.

Los micro, pequeños y medianos empresarios no pueden pretender hacer de todo lo que se requiere en sus empresas para incrementar su operativa y sus ingresos; no pueden pretender ser “todólogos” porque el tiempo, las habilidades y las capacidades son limitadas; por ende, se dejan de ejecutar acciones que pueden resultar determinantes y atentan contra el mismo crecimiento empresarial., Por tanto, de acuerdo a las posibilidades de cada empresa, deben buscar el apoyo de asesores, consultores o mentores, como quiera que se denominen, en diferentes áreas de especialización para que con sus análisis de debilidades y fortalezas, amenazas y oportunidades, reciban los consejos, ideas, propuestas y/o planes de acción que contribuyan al fortalecimiento.

Nuestro mercado cuenta con una amplia variedad de profesionales en todas las áreas de los negocios, quienes brindan sus servicios de asesoría a la medida con tarifas razonables. Algunos profesionales se desempeñan de manera independiente, otros pueden encontrase en empresas dedicadas a estas actividades y también existen otras organizaciones multidisciplinarias orientadas al apoyo a MIPYMES mediante asesoría y acompañamiento.

Se cuenta con diversidad de opciones que pueden ajustarse a las expectativas y necesidades de cada empresa y los empresarios deben buscar el apoyo que los lleve a mejorar continuamente para alcanzar niveles mayores de productividad y competitividad.

 

Por Félix Pineda.